Fondos indexados vs. depósitos: ¿Qué conviene más este año?
En un contexto de tipos de interés en ascenso y mercados financieros en constante oscilación, muchas personas se preguntan dónde colocar su dinero en 2025 para obtener el mejor equilibrio entre rentabilidad y seguridad.
Dos de las opciones más comunes —aunque radicalmente distintas— son los fondos indexados y los depósitos bancarios.
Ambos productos tienen ventajas, limitaciones y públicos objetivos muy distintos.
Elegir correctamente depende de varios factores: el perfil de riesgo, el horizonte temporal, la necesidad de liquidez y el conocimiento financiero del inversor.
A continuación, analizamos sus características y cuál podría ser más conveniente en el contexto actual.
¿Qué es un fondo indexado?

Un fondo indexado es un instrumento de inversión colectiva que replica de forma pasiva un índice bursátil, como el S&P 500, el MSCI World o el Euro Stoxx 50.
En lugar de intentar “vencer al mercado”, simplemente busca seguirlo, con una gestión eficiente y comisiones muy bajas.
El inversor compra participaciones del fondo, que se diversifican automáticamente en decenas o cientos de empresas.
Eso reduce el riesgo individual y permite participar en la evolución general de los mercados.
La rentabilidad histórica de los principales fondos indexados a largo plazo ha superado, en la mayoría de los casos, el 6% anual.
Sin embargo, están sujetos a la volatilidad del mercado: pueden subir o bajar en el corto plazo.
¿Qué es un depósito bancario?
Un depósito a plazo fijo es un producto ofrecido por bancos que garantiza la devolución del capital invertido junto con un interés pactado, tras un tiempo determinado.
Es una opción conservadora, enfocada en proteger el dinero sin riesgo de pérdida, ideal para quienes priorizan la seguridad.
En 2025, algunos depósitos en bancos europeos están ofreciendo entre el 2% y el 3,5% TAE, dependiendo del plazo y la entidad.
Los depósitos están cubiertos hasta 100.000 euros por el Fondo de Garantía de Depósitos, lo que otorga una seguridad adicional.
No obstante, al estar limitados a una rentabilidad fija, los depósitos no superan la inflación en muchos casos, lo que significa que el dinero pierde valor real con el tiempo.
Comparativa clave: rentabilidad vs. seguridad
- Rentabilidad: los fondos indexados ofrecen una rentabilidad potencial mucho mayor, especialmente en el largo plazo, aunque no está garantizada. Los depósitos tienen rentabilidad limitada pero segura.
- Riesgo: los fondos están expuestos a la volatilidad del mercado. Los depósitos son prácticamente libres de riesgo, dentro de los límites del fondo de garantía.
- Liquidez: muchos fondos permiten reembolsos en cualquier momento, aunque con posibles pérdidas si el mercado está a la baja. Los depósitos suelen penalizar el retiro anticipado.
- Fiscalidad: los beneficios de ambos productos tributan como rendimientos del capital mobiliario, pero los fondos permiten diferir impuestos mientras no se reembolse la inversión.
- Comisiones: los fondos indexados tienen comisiones bajas, pero existen. Los depósitos no tienen gastos añadidos.

¿Qué conviene más en 2025?
La respuesta depende de los objetivos personales y del horizonte de inversión.
Los fondos indexados son más adecuados para:
- Inversores a largo plazo (más de 5 años).
- Personas con tolerancia a la volatilidad.
- Quienes buscan superar la inflación y aumentar el capital.
- Inversores dispuestos a revisar y entender mínimamente el mercado.
Los depósitos son más recomendables para:
- Perfiles conservadores que priorizan la seguridad.
- Quienes necesitarán el dinero en el corto plazo.
- Ahorros destinados a una compra próxima o a un fondo de emergencia.
- Personas que buscan rentabilidad sin exposición a riesgo.
En entornos de tipos altos e inflación moderada, los depósitos recuperan atractivo, pero a largo plazo, su rendimiento sigue siendo limitado frente al potencial de los mercados globales.
¿Y si se combinan ambos?
Una estrategia muy sensata consiste en dividir el capital entre ambos productos.
Por ejemplo, destinar un 30% del capital a depósitos (liquidez y seguridad) y el 70% a fondos indexados (rentabilidad a largo plazo).
Esto permite proteger una parte del dinero mientras se invierte otra parte con mayor potencial.
La proporción puede ajustarse en función de la edad, la situación personal y la experiencia con las inversiones.
La clave está en evitar poner todo en una sola opción sin considerar sus implicaciones.
Conclusión
No existe una única respuesta a la pregunta de si convienen más los fondos indexados o los depósitos en 2025.
Ambos productos tienen funciones distintas dentro de una estrategia financiera bien equilibrada.
Quienes busquen proteger el capital sin asumir riesgos deberían considerar depósitos competitivos.
Quienes estén dispuestos a asumir algo de volatilidad para buscar crecimiento a largo plazo, encontrarán en los fondos indexados una herramienta poderosa.
Lo importante no es elegir el producto “perfecto”, sino el más adecuado para tus objetivos y tu perfil.
Con información y planificación, ambos pueden formar parte de una cartera sólida, diversificada y orientada al futuro.
